En este artículo te explicamos tradiciones de Pascua de 16 países, que van desde las más curiosas hasta las más divertidas para los pequeños de la casa o las más golosas. Y te damos la receta de la Mona de Pascua.
Si siempre has celebrado la Pascua de la misma manera, quizá te resulte difícil imaginar cómo son las tradiciones en otras partes del mundo, más allá de decorar huevos de Pascua, preparar la mona o decorar con conejitos.
En este artículo te explicamos tradiciones de Pascua de 16 países, que van desde las más curiosas hasta las más divertidas para los pequeños de la casa o las más golosas, si lo que te gusta de la Pascua son los dulces.
Además, te damos la receta de la Mona de Pascua, para que te animes a prepararla, si no la has hecho nunca. ¡Empezamos!
Tradiciones de Pascua en todo el mundo
Cometas voladoras en Bermudas
Para celebrar la Pascua, en esta isla se organiza el Good Friday KiteFest, en el que participan volando sus cometas todos aquellos que lo desean, especialmente los niños. La historia cuenta que la tradición nació cuando un maestro, para explicar la Ascensión, lanzó al cielo una cometa. Las cometas tradicionales bermudeñas son hexagonales u octogonales, de colores brillantes y diseños geométricos. Esta Pascua, prepara tu propia cometa con los niños y disfruta de una forma diferente de celebrar.
Decorar las calles con alfombras de colores
Seguramente te suenen las alfombras de pétalos de flores con las que los toledanos decoran sus calles para el Corpus Christi, o las de serrín teñido de Elche de la Sierra, también para el Corpus pero… ¿Sabías que en Guatemala es la Pascua la que se celebra alfombrando de colores las calles? Las alfombras largas están hechas de flores, aserrín de colores, frutas, verduras y arena. Se preparan para la procesión de Viernes Santo y se conservan hasta la Pascua.
Quemar a Judas
Una de las tradiciones mexicanas más populares es la que tiene lugar el Sábado Santo: la Quema de Judas, en la que figuras gigantes de papel maché de Judas Iscariote se rellenan con fuegos artificiales y se inflan para quemar ante los espectadores en las plazas locales. Se trata de una tradición parecida a la que se celebra también en algunos pueblos españoles, donde en la noche del Sábado Santo se cuelgan peleles de Judas de los árboles ubicados en la plaza, como forma de castigar la traición y recordar el pasaje bíblico previo a la Resurrección.
Castillos de fuegos artificiales para la Pascua
Varias son las tradiciones italianas relacionadas con la Semana Santa y la Pascua, dos de sus fiestas emblemáticas y más importantes del año. Nos detenemos en Florencia, donde se celebra una tradición de Pascua con 350 años, conocida como Scoppio del Carro (explosión del carro). En ella, un carro decorado y repleto de fuegos artificiales pasa por las calles de la ciudad, llevado por florentinos vestidos con coloridos trajes del siglo XV. Su destino es el Duomo, donde el arzobispo de Florencia enciende, durante la misa de Pascua, la mecha que conduce al carro y da lugar a un animado espectáculo de fuegos artificiales. El significado detrás de la costumbre se remonta a la Primera Cruzada y está destinada a asegurar una buena cosecha.
Una tortilla gigante para celebrar el Lunes de Pascua
Es la tradición de la ciudad francesa de Haux. Cada año se sirve una tortilla gigante en la plaza principal de la ciudad, para la que son necesarios más de 15.000 huevos. Más de mil personas disfrutan cada año de esta tortilla de Pascua. Cuenta la leyenda que, cuando Napoleón y su ejército viajaban por el sur de Francia, se detuvieron en un pequeño pueblo y comieron tortillas. A Napoleón le gustó tanto la suya que ordenó a la gente del pueblo que recogiera sus huevos y preparara una tortilla gigante para su ejército al día siguiente. Y así nació esta costumbre de Pascua.
Celebrar la Pascua a través del agua
Tres países europeos tienen tradiciones de Pascua relacionadas con el agua. En la isla griega de Corfú, el Sábado Santo arrojan por las ventanas que dan a la calle ollas y utensilios de barro llenos de agua, como símbolo de purificación y bienvenida a la primavera. En Polonia tienen una tradición de Pascua llamada Śmigus-dyngus, que se celebra el Lunes de Pascua y consiste en empaparse unos a otros con cubos y pistolas de agua; la leyenda dice que las jóvenes que se empapan en este día se casarán en un año. Y finalmente, en Hungría, el Lunes de Pascua (también llamado ‘de Pato’) es el día en que los niños y jóvenes rocían a las mujeres con perfume (aunque antiguamente se hacía con agua).
Las campanas volantes de Francia
Del Viernes Santo al Domingo de Resurrección, las campanas de las iglesias dejan de sonar en Francia, como muestra de respeto por la muerte de Jesús. Para explicarlo a los niños, se les dice que las campanas han volado a Roma para ser bendecidas por el Papa. En la mañana del Domingo de Resurrección, las campanas vuelan de vuelta a Francia cargadas de dulces que arrojan a los jardines de los niños. Una vez que están de vuelta en sus campanarios, comienzan a sonar alegremente nuevamente. Así, en Francia son los cloches de Pâques (campanas volantes) los que traen los huevos de Pascua y no el conejo.
Pintando los ‘pysanka’ (huevos de Pascua ucranianos)
Los huevos de Pascua más bonitos son los conocidos como ‘pysanka’ y son ucranianos. Para poder trabajarlos correctamente, se recubren con cera, lo que los hace más duraderos. Esto significa que se pueden grabar con todo tipo de obras de arte delicadas. Los diseños más tradicionales son los dibujos geométricos y las alegorías religiosas.
Brujas y dulces en la Pascua escandinava
En un ritual popular centenario, los niños de Finlandia y Suecia se disfrazan de brujas de Pascua (påskkärring), se pintan la cara, se ponen pañuelos decorados en la cabeza y van de puerta en puerta en sus vecindarios con la esperanza de recibir chocolate. El jueves antes de Pascua, los niños se disfrazan de brujas (con palos de escoba y teteras de cobre) y van de puerta en puerta pidiendo dulces. Suelen ofrecer a los adultos ramas de sauce decoradas o dibujos a cambio de las golosinas. La tradición viene de una leyenda que cuenta que las brujas suecas fueron a Blåkulla antes de Pascua, para festejar con el diablo. Para asegurarse de que las brujas no regresen, los suecos encienden grandes hogueras el domingo de Pascua.
Buscando los nidos de Pascua
¿A quién no le gusta buscar chocolate en casa o en casa de los abuelos? En Alemania, Suiza y otros países europeos, la costumbre de Pascua manda que hay que esconder nidos con huevos decorados, golosinas y chocolate para los niños. Los nidos son en realidad cestas o cajas decoradas que están llenas de conejitos y huevos de chocolate, dulces y juguetes y se dice que el mismo conejito de Pascua los escondió.
Una tradición para amantes de los pretzels
Los luxemburgueses celebran el Bretzelsonnden (domingo de pretzel) el tercer domingo de Cuaresma. En Luxemburgo, los pretzels son en realidad hojaldres dulces con glaseado y almendras, un dulce tan típico como delicioso. Durante el día de celebración, los jóvenes regalan un pretzel a la persona que les gusta. La tradición marca que, si acepta el regalo, la persona que regala el pretzel puede visitar al receptor o receptora el domingo de Pascua y recibirá un huevo a cambio.
La Vieja Cuaresma
Según esta tradición catalana, la Vieja Cuaresma es un muñeco de papel para recortar que a menudo representa una señora de avanzada edad que va cargada con una cesta de verduras en un brazo y con la otra mano coge un bacalao desecado. Una de las señas de identidad de la Vieja Cuaresma son sus siete patas, que le asoman por debajo de la falda: simbolizan el número de semanas que dura la Cuaresma. Hay que cortar una pata al muñeco cada semana. El Domingo de Pascua se quema.
Receta de la Mona de Pascua
Te traemos una receta muy fácil para que prepares tu mona de Pascua casera y los más pequeños te puedan echar una mano. Necesitaréis media docena de huevos, un vaso y medio de azúcar, una tableta de chocolate especial para fundir, nata para cocinar, harina de trigo, levadura y mantequilla.
Bate los huevos junto con el azúcar hasta que se hayan integrado por completo. Añade la misma cantidad de harina que de azúcar y un sobrecito de levadura. Unta un molde con mantequilla (o con aceite de oliva), vierte la mezcla y hornea durante un cuarto de hora a 175 grados. Cuando esté listo el bizcocho de la mona, retira del horno y prepara el chocolate. Mezcla la nata para cocinar, que habrás calentado previamente, con el chocolate hasta obtener una pasta homogénea y fluida. Rellena el bizcocho con una parte del chocolate y cúbrelo con el resto. Decora con plumas, con huevos pintados… ¡Con lo que quieras! Y a disfrutar de la mona casera.
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