¿Tus propósitos de Año Nuevo incluyen llevar un estilo de vida más saludable? ¿Comer más frutas, verduras y alimentos de calidad? ¿Hacer ejercicio físico cada día… y no abandonar a las dos semanas de empezar? Entonces nuestro Plan saludable para empezar el año cuidándote te puede ayudar. Te animamos a seguir leyendo y a cuidarte con Andreu Gastronomia.
Plan saludable para cuidarte
Bebe un vaso grande de agua antes de cada comida
Este hábito ayuda a mejorar la sensación de saciedad, lo que contribuye a comer la cantidad necesaria y evitar los excesos, sobre todo si llegas con mucha hambre a la comida. Además, en los meses de invierno este truco te servirá para mantener la hidratación correcta, ya que a veces el frío provoca que sintamos menos sed y no nos hidratamos como deberíamos. Si beber un vaso de agua a secas no te resulta demasiado apetecible, puedes tomar una infusión o agua saborizada naturalmente con fruta (y sin añadir edulcorantes).
Las mujeres necesitan nueve vasos (2,2 litros) de agua al día y los hombres 13 vasos (tres litros). Si hacemos ejercicio de moderado a intenso, las necesidades aumentan.
Enriquece tu desayuno con fibra
Las mujeres de 19 a 50 años necesitan 25 gramos de fibra al día; los hombres, 38 gramos. Conforme nos hacemos mayores, las necesidades disminuyen ligeramente, aunque la fibra sigue siendo imprescindible para una buena salud digestiva. Teniendo en cuenta que los estudios indican que la mayor parte de las personas comemos menos fibra diaria de la que necesitamos, incrementar la cantidad de fibra de nuestro desayuno es una buena idea.
Algunos alimentos ricos en fibra que puedes incorporar a tu desayuno son la chía, los cereales integrales, las semillas de lino y de calabaza, la fruta con piel y el aguacate.
Aprende a comer despacio
Comer lentamente permite, según diversos estudios nutricionales, que las hormonas relacionadas con el apetito se activen y le digan a tu cerebro que ya ha comido suficiente. Estas señales tardan 20 minutos en registrarse, por lo que si comes demasiado rápido es más probable que caigas en los excesos sin que tu cuerpo se dé cuenta.
Para favorecer una manera de comer más lenta, deja el cuchillo y el tenedor en el plato después de cada bocado y mastica bien. Y toma sorbos de agua entre bocado y bocado.
Toma una taza de té verde al día
Los estudios sugieren que beber té verde regularmente puede ayudar a reducir el colesterol LDL (malo) en el torrente sanguíneo. Las hojas de té verde son una fuente increíblemente rica de fitoquímicos llamados catequinas, que tienen potentes propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
Para incluir el té verde en tu dieta, empieza el día con una taza, sustituye alguno de los cafés diarios por una taza de este té o infusiona té verde en el agua para cocer vegetales.
Cena más pronto
Lo ideal es evitar la comida copiosa después de las 19 horas y, si comes a partir de ese momento, que sean platos ligeros y saludables a base de frutas y verduras o pescado blanco hervido. Cenar tarde y en grandes cantidades favorece el insomnio y las digestiones pesadas.
Cenar pronto ayuda a tener hambre para el desayuno – lo que hace más fácil no saltárselo – y reduce la hinchazón.
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