El 30 de enero es el Día Internacional del Croissant. Te contamos su historia y curiosidades, te damos sugerencias Andreu para disfrutar de tu momento croissant y te desvelamos los trucos de los mejores pasteleros.
Piensa en un croissant fresco y hojaldrado. Tibio y mantecoso. Crujiente por fuera, ligero y esponjoso por dentro. Un croissant dorado, tal vez relleno de jamón Andreu, o de salmón ahumado. Quizá preparado a la plancha y acompañado de uno de nuestros cafés con leche que tanto te gustan. ¿Verdad que suena bien?
El 30 de enero es el Día Internacional del Croissant, así que en este artículo te contamos su historia, algunas curiosidades relacionadas con esta pieza de bollería universal, te damos sugerencias Andreu para disfrutar de tu momento croissant y, además, te desvelamos los trucos de los mejores pasteleros para que cuando prepares croissants en casa, te queden como a un profesional.
Historia del croissant
El origen del croissant nos lleva hasta el siglo XIII y nada menos que hasta Austria, porque es aquí donde se preparaban los kipferl, un dulce que se puede preparar solo o con rellenos diversos, como nueces, y que se considera el bollo que inspiró el croissant.
Hacia 1840 ya se preparaban en Francia las primeras versiones del kipferl, dulce que pronto se vería convertido en croissant. La exportación del kipferl a territorio galo se la debemos al oficial de artillería austríaco August Zang, quien fundó en París una panadería vienesa en la que vendía los kipferl.
Los pasteleros franceses, tratando de imitar la receta vienesa, dieron origen al croissant, que se llamó así por su forma de media luna.
No será hasta mediados del siglo XIX cuando en Francia se empiece a considerar al croissant como un dulce digno de atención por sí mismo. La primera referencia escrita la encontramos en el libro Des sustancias alimentarias (Payen, 1853), aunque ya en 1850 existían recetas de croissants, al que se conocía como pan francés.
El croissant moderno se desarrolló a principios del siglo XX y a finales de la década de los 70 se desarrolló la masa congelada, elemento que ayudó a simplificar el proceso de preparación de los croissants y contribuyó a su expansión por todo el mundo.
Curiosidades sobre el croissant
La leyenda atribuye a la reina María Antonieta (austríaca de nacimiento y francesa de adopción) la introducción del kipferl en Francia. Nostálgica de los sabores de su Viena natal, María Antonieta habría pedido la preparación del kipferl en Francia, receta a partir de la que surgiría el croissant.
La popular firma estadounidense de pastelería Sara Lee introdujo un croissant congelado en Estados Unidos en 1981, que pronto superó en ventas a sus famosos bizcochos. Siguiendo su estela y aprovechando la simplificación del proceso de preparado con la aparición de la masa congelada, grandes cadenas de comida rápida como Burger King introdujeron croissants rellenos en sus cartas.
En la época actual, el croissant se ha transformado en creaciones curiosas a partir de la mezcla con otro tipo de bollo. Nacen así el cronut (mezcla de croissant y donut), los croissants de pretzel o el baissant (bagel con masa de croissant).
Incluso los franceses tienen su propia versión del croissant rellena de chocolate. En este caso no es en forma de media luna, sino rectangular, y la llaman pain au chocolat.
La vuelta al mundo en seis formas de disfrutar del croissant
En Argentina y Uruguay, a los croissants se las conoce como medialunas y normalmente están cubiertas con un glaseado dulce. La versión salada se llama medialuna de grasa.
El cornetto italiano – muy popular en las cafeterías para acompañar con un capuchino – es un primo del croissant que tiene textura parecida al brioche y es más suave que el dulce francés.
En Polonia son muy populares los llamados ‘croissants de San Martín’ (rogale świętomarcińskie). Se elaboran a base de hojaldre con un relleno de semillas de amapola blanca molida, almendras, pasas y nueces.
La versión española del croissant es el llamado cuerno, que consiste en medio croissant relleno de nata o de crema. También los hay recubiertos de chocolate, así como de diferentes tamaños.
Los portugueses llaman croissant a sus dos versiones del bollo francés, aunque la salada es más similar al brioche y se vende en panaderías, mientras que la dulce se puede encontrar en cafeterías; es muy popular con el relleno llamado “doce de ovo”, una crema típica portuguesa hecha con yema de huevo y azúcar.
El dulce turco ay çöreği es lo más parecido a un croissant y se come relleno de canela, nuez, avellana, cacao y pasas.
Trucos de los mejores pasteleros para preparar un croissant de concurso
El secreto de un excelente croissant es la calidad de los ingredientes: azúcar, sal, harina, leche, huevos y, por supuesto, mantequilla. Los expertos lavan la mantequilla cuidadosamente con agua mineral antes de incorporarla a mano en la masa de hojaldre. Además, es mejor si la harina es rica en proteínas y la leche pura y fresca; para que la masa quede perfecta, la leche debe estar fresca.
Y el toque final: tras aplanar y doblar la masa, hay que cortarla a mano en triángulos y refrigerarla durante 12 horas para que fermente. Es la forma de que el croissant desarrolle sus espectaculares capas hojaldradas.
Disfruta de tu momento croissant en Andreu
Si te gustan nuestros croissants crujientes, dorados y con el toque justo de mantequilla, ahora en La Roca Village puedes pedirlos rellenos de jamón Andreu, jamón dulce o salmón ahumado. ¿Prefieres un toque dulce? Píde los recién salidos del horno. Perfectos a cualquier hora.
Síguenos en nuestras redes sociales para estar al día de todas nuestras novedades y promociones.
